EL VIAJE DE ELEWA



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EL VIAJE DE ELEWA



domingo, 22 de enero de 2012

          ¿QUÉ FUE DE HAITÍ?

          Dos años se cumplen ahora de una de las mayores catástrofes naturales ocurridas en la historia de América Latina y en general del planeta Tierra. El terremoto que asoló al país más pobre del llamado " Nuevo Mundo" trajo como consecuencia que la pobreza, en su estado más puro, alcanzara límites insospechados, lo cual pronto se hizo eco en la comunidad internacional, que hizo enarbolar la bandera de la solidaridad allá por donde fuera posible.







          Pero remontémonos al día 12 de enero de 2010 cuando a las 16:53 horas, a 15 kilómetros de la capital de Haití (Puerto Principe), el terremoto dio la cara. Su impacto fue tal que incluso se hizo notar en países como Cuba, Jamaica o la República Dominicana. Tan sólo dos horas después se habían registrado hasta sesis réplicas del terremoto, lo que supuso que el caos y la incertidumbre se instalara en las miles de personas que se vieron directamente afectadas por la tragedia. Las líneas telefónicas se colapsaron, siendo internet y, en concreto, las redes sociales los medios utilizados para favorecer las comunicaciones con el exterior.

          Los edificios se derrumbaban como si fueran de papel, los escombros sepultaban a miles de haitianos dejando a la mayoría sin vida, las infraestructuras del país se vinieron abajo (puentes, carreteras...) y miles de personas vagaban por las calles con la mirada perdida en dirección hacia ningún lugar, pero con la "suerte" de mantenerse con vida. La gente buscaba a sus familiares, pero no los encontraban.

         Se estima que alrededor de tres millones de personas se vieron afectadas por la tragedia, de los cuales unos 315.000 perdieron la vida, 350.000 resultaron heridos y un millón y medio de personas, aproximadamente, quedaron sin hogar. El país más pobre de América Latina en donde el 80% de la población vivían por debajo de la línea de pobreza, de los que un 54 % lo hacían en la pobreza extrema, se enfrentaba a una situación de alerta sin precedentes.








        Inmediatamente, numerosos países se pusieron en marcha para enviar todo tipo de ayuda material y humanitaria hacia Haití. Diferentes ONG´s, congregaciones religiosas, instituciones políticas y miles de personas anónimas, se lanzaron hacia la aventura de ayudar a los más necesitados. Los habitantes del lugar afectados, fueron ubicados en multitud de asentamientos provisionales mientras las tareas de reconstrucción del país se ponían a funcionar. Todo hacía sospechar que "saldríamos de esta".


         Pero, ¿qué ha sido de Haití tan sólo dos años después? Desafortunadamente, y como suele ocurrir en estos casos, la ilusión, el compromiso y la chispa que encendió aquel acto de solidaridad se fue apagando poco a poco. La ayuda internacional dejó de ser constante, el dinero enviado desde todas las partes del planeta no llegaba en su totalidad y, en ocasiones, se perdía en manos de sagaces "intermediarios". Triste y cruda realidad que una vez más vuelve a poner a cada uno en su sitio. Los que vivimos en el mundo desarrollado tenemos la habilidad de olvidar pronto, al fin y al cabo, nuestra vida es demasiado estresante. Pero no echemos en el olvido a la cantidad de personas que necesitan nuestra ayuda, no sólo en Haití, sino en el resto del Mundo en donde nuestra sola presencia puede convertirse en fundamental para transmitir un ápice de esperanza. Una sonrisa, un abrazo, un guiño a la vida, puede bastar para hacer feliz a los más necesitados.


         Desde aquí, quiero rendir un merecido homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en las diferentes tragedias acaecidas en la Historia, desde aquí quiero también hacer un llamamiento a aquellos que ven las desgracias ajenas desde lo lejos, desde aquí quiero recordar que si los pobres son pobres es porque un día nosotros, los ricos, nos encargamos de que el curso de la historia fuera como es. Cada uno de nosotros somos responsables de lo que ocurre en el mundo, por eso somos nosotros y sólo nosotros los que debemos luchar por lapidar las injusticias sociales que azotan nuestro planeta.


         En el siguiente vídeo clip, el grupo norteamericano Linkin Park aporta su granito de arena por la causa haitiana, recordando que no están solos.