EL VIAJE DE ELEWA



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domingo, 9 de diciembre de 2012




          FELIZ NAVIDAD 2014


          En estos días que corren de crisis económica y, a la vez, de despilfarro y consumismo descontrolado, sería bueno hacer un breve repaso sobre la historia de la Navidad y todo lo que a ésta rodea.

          El 25 de diciembre se conmemora en infinidad de países la Navidad, Natividad o nacimiento de Jesús de Nazaret en Belén. Esta festividad se celebra entre los adeptos al cristianismo  y, por imposición, al resto de habitantes de diversos países en los que históricamente el cristianismo fue la religión oficial y mayoritaria. Existen diferentes versiones sobre si el 25 de diciembre fue o no la fecha real del nacimiento de Jesús; mientras unos lo afirman otros, en cambio, se muestran escépticos, pues existen teorías que defienden la idea de que es imposible que un bebé naciera en un pajar y sobreviviese a las bajas temperaturas invernales. Pero existe una teoría con fundamentos históricos que relata que en época del Imperio Romano, concretamente en el 350 de nuestra era, el Papa Julio I pidió que el nacimiento de Cristo fuese celebrado en esa fecha pues coincidía con el momento más álgido de la festividad en honor a Saturno, lo que ayudaría a los romanos a convertirse al cristianismo sin dejar de lado sus festividades locales.



                                               Adoración de los pastores, El Greco


          Independientemente de las diversas teorías, la realidad es que se celebra en esta fecha tan señalada, pero ¿realmente las celebraciones que llevamos a cabo hoy en día en estas fechas se corresponden estrechamente con el acto litúrgico? Lejos de polemizar, verdaderamente pienso que no. La sociedad de consumo ha hecho que la población tire la casa por la ventana en estos días. Regalos, dulces, cenas, comidas copiosas y diversión son las señas de identidad de esta festividad en la actualidad. Siempre quedan los villancicos, la misa del gallo y los actos que realmente conmemoran estas fiestas.







          Pero estas navidades del 2014 serán diferentes para muchos de nosotros, al igual que han sido las de estos años pasados. En el primer mundo nos preocupan, y yo me incluyo, los problemas relacionados con la sanidad, la educación, las políticas económicas, la prima de riesgo, la subida de la gasolina o  los desahucios de miles de personas que pasarán estas fiestas en la calle o fuera de la que fue su casa la semana pasada. Aunque si he de ser sincero, desgraciadamente, hay muchas personas a las que no les preocupa ni lo más mínimo nada que no le afecte directamente y miran para otro lado con desprecio.

          ¿Os habéis parado a pensar en qué les pasará por la cabeza en estos días a los seres humanos del mundo menos desarrollado o pobre? ¿Somos conscientes en nuestro día a día, cargado de estrés y de rutinas mecanizadas, de los problemas que azotan al mundo por "ahí abajo"? Tal vez nosotros no pensemos en ellos, pero ellos en nosotros sí; no sólo para envidiarnos, sino también para esperar en algún momento que los "ricos", aunque sólo sea en estas fechas, nos solidaricemos con ellos y hagamos llegar un ápice de esperanza a sus vidas.




         


          Aún así, no quiero ser un aguafiestas, pues creo que en el fondo, el ser humano es mucho más que dinero, estrés, borracheras y compras. De hecho confío en que en el interior de cada uno de nosotros siempre habrá un episodio de bondad. Paradójicamente en el mundo menos desarrollado, aún con sus penas, pueden llegar a ser más felices que nosotros. Lo poco que tienen para ellos es un tesoro y estoy totalmente convencido de que ellos se brindarían a darnos todo lo que tienen sin esperar nada a cambio si eso supusiera que todos vivieramos en un mundo mejor y más justo. Nosotros no lo haríamos, pues si compartiésemos todo lo que tenemos con los pobres, no nos quedaría mucho para nosotros sino nuestra sonrisa.


          Desde aquí, en mi condición de rico, deseo unas felices fiestas a todos, sin excluir a nadie, esperando que algún día este mundo funcione mejor. El siguiente vídeo me ha enamorado, no puedo dejar de sonreir cada vez que lo veo, pues hay personas que desean realmente que todos, los del norte y los del sur, seamos felices. Para ellos y para todos vosotros, queridos lectores, una enorme sonrisa y un afectuoso abrazo, y que para el año que entra, todos seamos más solidarios y nos comprometamos mucho más para que este mundo funcione un poco mejor.