EL VIAJE DE ELEWA



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EL VIAJE DE ELEWA



jueves, 29 de diciembre de 2011

MUNDO ACTUAL, NUESTRA HISTORIA MÁS RECIENTE (VI)

1975, EL AÑO DE LAS LIBERTADES  EN ESPAÑA


          El año 1975 vino cargado de numerosos acontecimientos de todo tipo que no dejaron indiferente a nadie y que marcaron un antes y un después en países como Mozambique, Cabo Verde, Santo Tomé y Principe (que consiguieron la independencia frente a Portugal), el Sáhara Occidental ( que fue invadido por Marruecos por medio de la Marcha Verde), en Inglaterra con el ascenso al poder en el Partido Conservador de la "Dama de Hierro" Margaret Tatcher o en Australia, en donde comenzaron las emisiones a color de las televisiones.

          Pero sin duda, el país que sufriría un cambio radical hacia el camino de las libertades fue España.

          Tras una Guerra Civil de carácter ideológico en donde miles de españoles y españolas murieron por defender su causa y tras casi cuarenta años de dictadura militar de tintes fascistas, en el año 1975, muriendo el dictador Francisco Franco, se empezó a vislumbrar un horizonte lleno de esperanzas y optimismo bajo una misma insignia, LA LIBERTAD.

          La política de Franco se caracterizó por su simpatía hacia el NAZISMO alemán y el FASCISMO italiano, además de utilizar a la Iglesia católica como insignia de la dictadura. Tras un Golpe de Estado contra el gobierno democrático de la IIª República, accedió al poder por la fuerza, dejando un escenario de sangre y odio en cada rincón de la geografía española.





          Meses antes de la muerte del tirano, se habían producido los últimos fusilamientos por parte del Régimen franquista que hacían ver los últimos coletazos de la represión en España. Durante el Régimen numerosos intelectuales se exliaron ( Rafael Alberti), fueron asesinados ( Federico García Lorca) o encarcelados ( Miguel Hernández). Un año antes había sido ejecutado de la forma más cruel un anarquista llamado Salvador Puig Antich, el cual sufrió, un dos de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana en la cárcel Modelo de Barcelona uno de los actos más atroces desencadenados por el garrote vil, una práctica medieval que el gobierno de Franco seguía poniendo en práctica a puertas del siglo XXI. Como consecuencia, en muchos países de Europa se organizaron diversas manifestaciones como protesta de la ejecución.






          Tras un mandato que abarcó desde 1939 hasta 1975, se sucedieron numerosos crímenes sobre los vencidos de la guerra, la corrupción política estuvo a la orden del día y el país cayó en la más profunda miseria y estancamiento, mientras que el resto de países europeos avanzaban y progresaban tras la Segunda Guerra Mundial.

          El 20 de noviembre de 1975, el dictador moría en el Palacio del Pardo tras varios días de agonizante final. Se derramaron algunas lágrimas por parte de sus simpatizantes, pero el fervor de la multitud de exiliados, de presos políticos y de los defensores de la democracia despertó en España un ansia de libertad sin precedentes. Las lagrimas de emoción de los "vencidos" en la Guerra Civil inundaban las calles y por fín en España se pudieron respirar verdaderos aires de libertad.

         En el siguente vídeo se puede comprender perfectamente como el cantautor Joaquín Sabina inmortalizó irónicamente el feliz desenlace de la Historia de España.



jueves, 1 de diciembre de 2011

       CUÉNTANOS TU VIAJE

           Esta nueva sección que hoy se presenta en el blog "ENTRE CULTURAS", tiene como único objetivo el que te sientas partícipe y protagonista de él en primera persona.

          El fín con el que nace este apartado está enfocado a que nos cuentes, si te apetece, ese viaje que hiciste y que tantas sensaciones despertó en tí. Podéis tocar temas emotivos, arte, naturaleza, anécdotas graciosas y un largo etcétera que dejo a vuestra libre elección.



         Para que pueda ser publicado sólo debéis enviarme el texto a mi dirección de correo electrónico y si lo acompañais de alguna foto y vídeos, muy gustosamente lo publicaré para que podáis compartir vuestras experiencias viajeras con los lectores del blog.



        Sin más y agradeciendo de antemano vuestras propuestas os presento la primera historia.



        Un saludo de Arsenio.




       CARTAS DESDE BOLIVIA, por Gema Monteagudo


          Llevo queriendo contar esta historia desde hace más de dos meses, desde que volví de Bolivia, y nunca encuentro el momento, sobre todo porque creo que hay historias difíciles de contar, porque tienen nombre propio, porque incluso cuando las recuerdas siguen erizándote la piel.
         Esta historia es una de esas, es una de las que tanto he aprendido y que tantas cosas me han hecho plantearme.
        No se si voy a ser capaz de transmitir lo que yo sentí o lo que sigo sintiendo cuando pienso en ella, espero que al menos consiga acercaros un poco a ese país que tanto me ha enseñado.



        “La primera vez que la vi bajó tímida su mirada, me dio un breve apretón de manos y de su boca salió un hola tan flojito que casi ni la entendí.
          Durante aquel taller de formación en el que la licenciada Jenny les hablaba sobre nutrición infantil ella no dijo ni una palabra, cargaba un bebé en brazos, tan liado en un awayo que era imposible verle la carita.
         Una de las veces que salí del aula improvisada para hablar con una de las doctoras vi que ella hizo lo mismo, su bebé lloraba y por no molestar a sus compañeras prefirió estar en la sala de espera de aquel pequeño centro de salud.
          Me acerqué a ella y noté que me miraba con cierto recelo… no era de Santa Cruz, estaba claro, tanto por su aspecto como por su actitud, la diferencia entre la gente del altiplano y la gente del oriente es grande, mientras unos se muestran distantes y reservados si no te conocen los otros son personas abiertas y dicharacheras.
         Sonreí y le pregunté si estaba bien su bebé… me devolvió el gesto, una sonrisa de niña nerviosa, y me enseñó a la pequeña como para asegurarme que no le pasaba nada.
         Debajo de esas mantitas y del awayo había una niña de no más de un mes, con mucho pelo negro y rasgos indígenas como los de su mamá, un poquito amarilla, quizás por la falta de luz del sol, pero sana…
        Al finalizar la sesión pude hablar con mi compañera, le pregunte por esta chica, tenía curiosidad…
        Mi compañera me contó que Santusa (ese es su nombre) tenía 14 años, a los 13 se escapó de su casa en un pueblito de Potosí y había llegado a Santa Cruz de la Sierra completamente sola, allí conoció a su pareja y se había quedado embarazada. La habían localizado dos de las personas que se estaban formando para ser responsables populares de salud cuando estaba ya de ocho meses y no se había hecho ni un solo control prenatal, la llevaron al centro de salud y pudieron comprobar que todo estaba bien.
       Es algo bastante normal en Bolivia, mujeres embarazadas que no van al médico, que no llevan un seguimiento y muchas veces tienen un triste final, por la muerte o enfermedad tanto del bebé como de la mamá.
      Santusa se incorporó  a la formación pero justo a la siguiente semana no fue ni ella ni las dos personas que la habían llevado… en el centro de salud se enteraron unos días después de que había tenido a su niña en su casa, con estas dos compañeras, ya amigas, y su pareja.
      No dejé de pensar en ella durante esa semana, ¿qué fortaleza se escondía tras esa coraza de timidez y vergüenza?
      Fui a la siguiente semana a la formación, era su último taller antes de su acto de graduación. Mientras hacíamos una de las dinámicas ella se sentó, siempre con su niña en brazos, le pedí que me dejara cargarla y participara ella en las actividades…  sin ningún tipo de recelo (quizás el simple hecho de haber estado la semana anterior y haber vuelto, hacía que ya no me considerara una extraña, me dejó a su bebé.
      La vi jugar, reír a carcajadas, comportarse como lo que era, una niña, una niña a la que le habían caído demasiadas responsabilidades encima, una niña que se había hecho adulta casi sin pensarlo aquella noche que salió de su casa (nunca quise preguntar el por qué) para no volver…
       Por eso me sentí muy orgullosa el día que se graduó y pude entregarle su diploma acreditando que había superado su formación como Responsable Popular de Salud, el mismo día que me despedí de ella con un fuerte abrazo porque me volvía a España en dos días.


       Desde aquí sigo preguntando por ella a mis compañeras porque aún no se si voy a poder olvidar aquellos ojos negros que me miraron llenos de curiosidad una fría tarde de julio, aquella niña que tantas cosas me hizo plantearme, aquella mamá que quería y protegía a su pequeña con el cariño que quizás ella nunca había sentido por parte de sus padres.”