EL VIAJE DE ELEWA



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EL VIAJE DE ELEWA



sábado, 25 de junio de 2011

          LOS MASÁIS, ENTRE KENIA Y TANZANIA


          Esta tribu africana que se ubica entre Kenia meridional y Tanzania septentrional está compuesta por casi 890.000 individuos. Su idioma es el maa, aunque la gran mayoría domina el inglés y el suajili, que es la lengua tradicional de estos territorios. 


          Su organización se basa en un sistema político descentralizado en donde grupos de ancianos se reúnen para tomar las decisiones políticas más importantes. El ganado es su fuente de riqueza unida a la explotación de la tierra. Su forma de vida ha evolucionado en los últimos años tanto, que hoy en día podemos encontrar población masai en las grandes ciudades africanas cercanas a sus asentamientos e incluso podemos ver a jóvenes masais viendo la televisión o jugando al billar en salas más evolucionadas que sus propias aldeas. En ocasiones estas prácticas suelen producir situaciones de rechazo debido a las diferencias culturales entre las diferentes etnias.


          Sus asentamientos se basan en círculos de chozas hechas con ramas y rodeadas por empalizadas para encerrar el ganado, al más puro estilo de ciudad neolítica. Las chozas se construyen con una especie de ladrillos hechos con excrementos de animales, pajas y barro con el fin de impermeabilizar y endurecer las construcciones. Las paredes interiores suelen ser alisadas y ahumadas, contando con tragaluces en el interior que hacen la función de ventanas, las cuales son inexistentes.






          Su vida cultural está llena de celebraciones de entre las que destacan la circuncisión y, lamentablemente, la ablación en las niñas.Tanto hombres como mujeres lucen vistosas dilataciones en las orejas de hasta un palmo de longitud en la parte inferior del pabellón auricular. En la parte superior de éste, las dilataciones suelen ser del diámetro de una moneda pequeña. Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros de colores muy vivos, generalmente de color rojo, y a veces, decoradas con motivos geométricos.


          Generalmente no se dejan fotografiar, a no ser que sea a cambio de dinero. Coleccionan un gran número de danzas rituales y cánticos que efectúan en la intimidad o frente a turistas a cambio de algún beneficio económico. La danza consiste en agruparse en círculo y moverse al ritmo de la música. Cuanto más rápido es el ritmo, más rápida se vuelve la danza, mientras los pesados collares de las muchachas golpean fuertemente sus cuerpos originando un sonido inimitable. Uno a uno, los guerreros masais van situándose en el centro del circulo dando unos espectaculares saltos verticales, con los cuerpos rígidamente rectos, las manos pegadas a los costados, las rodillas juntas y un manojo de hierba fresca apretada bajo las axilas. La danza finaliza cuando los componentes de ésta caen exhaustos de cansancio.






          Sus creencias religiosas son místicas y veneran a Dios y a su ganado, siendo la vaca el animal sagrado y todo lo que la rodea.El ganado provee de todas sus necesidades a los masais, leche, sangre y carne para su dieta, siendo el producto estrella una especie de yogur que se hace fermentando la leche con sangre de animal. Sin duda un postre de exquisita factura...¿Quién dijo que el yogur griego es el postre más apetitoso? Habrá que probarlo.









domingo, 5 de junio de 2011

MUNDO ACTUAL, NUESTRA HISTORIA MÁS RECIENTE (III)



  EL MOVIMIENTO HIPPIE Y EL MAYO DEL 68 "

(1965- 1969)


          Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, la Guerra de Corea o el episodio de Vietnam unidas al crecimiento económico de los países capitalistas, el desarrollo del estado del bienestar y la proliferación del consumismo hicieron que ciertos sectores de la población del planeta tomasen conciencia sobre temas que, en definitiva, preocupaban a gran parte de la sociedad de mediados y finales del siglo XX. Esos temas estaban directamente relacionados con la economía de mercado, el consumismo, la paz, los derechos humanos y un largo etcétera.


          Ante esta situación surgieron tanto en Estados Unidos como en Europa dos movimientos reivindicativos de gran importancia como fueron EL MOVIMIENTO HIPPIE y EL MAYO FRANCÉS O MAYO DEL 68. Ambas corrientes tenían varios puntos en común, aunque cada una de ellas se desarrollaron en contextos y situaciones distintas.


          El movimiento HIPPIE nació en San Francisco (California) y básicamente se caracterizó por la anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al materialismo occidental. Fue una cultura contestataria y antibelicista. Los hippies escuchaban rock psicodélico, folk de protesta abrazaban la revolución sexual y el amor libre. Algunos de ellos participaron en un activismo más radical con el uso de la marihuana, el LSD u otros estupefacientes alucinógenos con el objetivo de rebelarse contra el Sistema. La meditación fue otra de las novedades de este movimiento. La liberación femenina, la liberación homosexual  y la lucha contra la discriminación racial, también fueron base de los pilares de esta nueva forma de ver el mundo.


          Su forma de actuar se centró en el rechazo a la sociedad conservadora y burguesa que imperaba en el mundo occidental y más concretamente en Estados Unidos que sirvió como modelo económico y social al resto de la Humanidad. En donde más se notó esa influencia fue en los principales países europeos. La creación de comunas y de organizaciones libres sin ningún tipo de jerarquía fue el sistema utilizado por los hippies en su revolución social.


          Sus iconos fueron el pelo largo, la prominente barba, la ropa de colores brillantes, prendas desteñidas y el estilismo afroamericano. La flor, los dibujos de los aborígenes americanos o la Y invertida rodeada de un círculo (símbolo del pacifismo), que en sus orígenes fue símbolo del pro desarme nuclear, completaban sus formas de representación visual. El autoabastecimiento y la autoproducción sustentaban económicamente esta contracultura.








          Los  medios de difusión de sus ideas fueron la literatura, la poesía, el arte, las manifestaciones gráficas o la música. Tanta fue la importancia de este fenómeno que en el año 1969 en una granja de Bethel, en Nueva York, se celebró el mayor festival de rock y paz programado por el movimiento hippie. En un principio se iba a realizar en el pueblo de Woodstock, pero tras la oposición de los habitantes de éste, el evento se llevó a cabo en la granja citada anteriormente. El llamado " Festival de Woodstock" se celebró durante los días 15,16,17 y la madrugada del 18 de agosto de 1969, concentrándose nada más y nada menos que medio millón de jóvenes que utilizaron el rock para reivindicar los preceptos de tolerancia y amor. De entre los artistas participantes en el festival destacaron The Who, Santana, Joan Baez, Jimi Hendrix o Janis Joplin (estos dos últimos murieron a causa de la heroína un año más tarde). El entonces Presidente de los EEUU, Ronald Reagan, definió al hippie como "un tío con el pelo como tarzán, que camina como Jane y que huele como la mona chita", todo un ejemplo de tolerancia por su parte.


          En definitiva podemos decir que el movimiento hippie triunfó y caló hondo en los estereotipos capitalistas que imperaban en el mundo. Hoy en día el fenómeno no ha desaparecido, si bien la forma de vida hippie ha quedado relegada a minúsculos grupos de personas,cierto es que consiguieron alcanzar una visión de la realidad y un estilo de vida sin precedentes.








          Por su parte, Europa no quiso quedarse de brazos cruzados ante los fenómenos que estaban cambiando el mundo. La independencia de los territorios coloniales de África o Asia, el auge de movimientos de izquierdas en Latinoámerica, la Revolución cubana, la Guerra del Vietnam y, como no, la influencia del movimiento hippie influyeron y de qué manera en el  desarrollo de una de las manifestaciones populares más significativas de la historia del siglo XX, hablamos sin duda del Mayo del 68.


          Durante los meses de mayo y junio de 1968, en Francia, y más concretamente en París, se desencadenaron una serie de protestas  por parte de grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo. Rechazaban las condiciones laborales en la que se encontraban numerosos obreros franceses así como sus lamentables condiciones de vida. A ellos se unieron grupos de obreros industriales, sindicatos y hasta el Partido Comunista francés. En este contexto se desencadenó la mayor huelga general de la historia de Francia y probablemente de toda Europa Occidental.


          Alrededor de nueve millones de trabajadores y estudiantes secundaron dicha huelga que hizo tambalear al gobierno francés de Charles de Gaulle, el cual tuvo que convocar elecciones anticipadas, los días 23 y 30 de junio de ese año, ante el temor de una revuelta popular revolucionaria que ocupara el poder político del país. La principal reivindicación de los manifestantes se centró en la descentralización del Estado. Armados con banderas rojinegras con retratos de Marx, Lenin, Mao, Fidel Castro o el Che Guevara defendían el lema de la revolución "prohibido prohibir". La toma de la Plaza de la Sorbona o la ocupación de la Escuela de Bellas Artes fueron iconos de esta protesta.


           De Gaulle, el gran derrotado, tuvo que abandonar el poder consiguiéndose así una serie de reformas en el país que mejoraron la situación laboral y económica no sólo en Francia, sino en muchos países europeos que tomaron como modelo la revuelta del 68 francés.


          


          
          Actualmente, en pleno siglo XXI, las protestas callejeras y espontáneas no han desaparecido y parecen haberse convertido, de nuevo, en el arma más potente para conseguir las reivindicaciones populares frente a los poderes establecidos y a la política en general. La Revolución de los países árabes en favor de la democracia o la " Spanish Revolution" , que lucha por un sistema político no discriminatorio, por la igualdad de oportunidades, por la creación de empleo y contra la corrupción y la influencia de las instituciones económicas en la vida política de las naciones, están marcando un antes y un después en la lucha por los derechos fundamentales de los trabajadores y de los sectores más desfavorecidos de la población. A todos ellos, gracias por intentar cambiar este mundo tan injusto.