DIEGO
RODRIGUEZ DE SILVA Y VELÁZQUEZ
Nace en Sevilla. De madre sevillana y
padre portugués se inicia en el taller de Francisco Herrera el Viejo, pero pronto se traslada al de Francisco Pacheco (manierista y
tertuliano del momento). A los 18 años se hace pintor
independiente con un afán de superación increíble. A los 20 se casa con la hija
de Pacheco.
Vieja friendo huevos |
El monarca es Felipe IV y su valido el
Conde Duque de Olivares (conocido por el trato de favor con los andaluces). Allí conoció a Góngora, del cual haría
un retrato.
Pacheco consigue una orden de
presentación, para Velázquez, ante el
valido del rey. Realiza un retrato del propio monarca, y ello le vale para ser nombrado
pintor de cámara.
Llega a Génova, luego se traslada a Roma alojándose
en el Palacio Vaticano y finalmente se instala en la Villa Médicis en donde
pinta Vistas de la villa Médicis ( claro antecedente del impresionismo).
Regreso a la Corte (1631- 1648)
Al regresar pinta el retrato del príncipe Baltasar
Carlos y se aprecia un gran avance de su pintura y su técnica. El color será
más vivo e intenso.
El niño de Vallecas |
Realiza muchas obras como el Retrato del Conde
Duque de Olivares, La rendición de Breda o cuadro de las Lanzas, retrato
de Felipe IV…También pinta bufones ( tiernos, humanos) como El niño de
Vallecas.
El periodo finaliza con un cúmulo de desgracias (cae
el valido del rey, mueren la reina, Pacheco y el príncipe) por ello decide
volver a Italia.
Segundo viaje a Italia (1648- 1651)
Llega como embajador y artista español. Viaja a Venecia en donde compra obras de otros artistas, para la Corona , como Tintoretto y Veronés.
Inocencio X |
Después se desplaza a Roma en donde pinta al Papa
Inocencio X y la obra La Venus del espejo en donde empieza a
trabajar la perspectiva aérea.
Regreso a Madrid y fin de sus días (1651- 1660)
En este periodo ya se ha convertido en un auténtico maestro. Felipe IV lo nombra Aposentador Real , lo cual le dejará poco tiempo
para dedicarse a la pintura, sin embargo en esta etapa realizará dos de sus
obras cumbres, Las Meninas y las Hilanderas o fábula de Arácne.
En 1660 tras una larga enfermedad, y tras haber recibido la medalla de la Órden de Santiago, fallece en Madrid.